Entre tus líneas.
Hubiera andando sin equilibro entre mi cordura, comprado un billete y recorrido kilómetros. Me hubiera entregado al infierno y al humo de tu cigarro por verte de nuevo esa noche. Hubiera incumplido mandamientos para cumplir sueños que se repiten una y otra y otra vez. Hubiera apostado que entre tus líneas y las mías había algo escrito. Hubiera vendido mis ganas a tus manos por el módico precio de besar tu boca. Que jodido es que tu nombre lleve escrito mi insomnio y que yo solo pueda escribir conjugando en pluscuamperfecto ante un futuro que nunca ocurrirá. Porque hubiera o hubiese, pero al final, no.