Apatía indiscriminada.

Cierro los ojos,
ni el breve tacto del viento liviano desde mi balcón
sirve para equilibrar sentimientos.

Voy a serte sincera,
nada evita la sensación 
de soledad
desazón
tristeza
fragilidad
agotamiento
impotencia.
Porque no miento
si te digo que suelo 
o solía ser fuerte,
porque ya no se en que día desvivo,
solo sé que deambulo 
sola
taciturna
triste
frágil
consumida
inútil
por mi hogar.

Que mi mente anda trabajando
24 horas al día decidiendo
a quién echa más de menos.
Si a ti o a ti.
Así que,
henos aquí,
en este debate interno,
de lunes a domingo
cabeza y corazón. 

Que yo solo quiero atravesar la puerta,
tocar cielo,
también la tierra,
y romper este hielo
que congela mi yo
más feliz.
Volver a casa
ver a los míos,
los nuestros,
y con lo puesto:
el amor,
fundirnos en un tierno abrazo
que signifique
que el clamor de nuestros aplausos
fue la fuerza que hoy
nos mantiene con vida.

#ConRasmiaencasa

Comentarios

Entradas populares de este blog

Noviembre.

Aquiescencia.