Genes.


Es un día cualquiera de noviembre. Dicen que es uno de los meses más aburridos del año. Leo en el patio uno de los tantos libros de poesía que he traído en la maleta. El sol de invierno calienta a pesar del frio, aunque sí, estoy dejando de sentir los dedos de los pies.  Luego iré directa al brasero para coger temperatura. Veo a mi abuelo podar lo que queda de parra mientras amontona las ramas en su vieja carretilla, los periquitos comentan y cantan la mañana.


Sigo preguntándome porque la gente sigue cuestionándose porqué vengo tanto por aquí. Es simple, guardo recuerdos para cuando no pueda volver.

Sencillamente, soy feliz.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Noviembre.

Aquiescencia.

Apatía indiscriminada.