Quererte en fase REM.

Choque frontal.

Apareces en forma de sueño.

Siempre

de forma intermitente.

A días y a meses.


El golpe es siempre el mismo.

Húmedo y ruidoso.

Levantarse empapada

con un único pensamiento:

J o d e r.


Otra

Puta

vez.


He recordado, 

entre fase y fase,

el día que me enteré

de lo que tú y yo sabemos,

de lo que todo el mundo supo

pero nadie se atrevió a contarme.

Un secreto a voces

y el silencio como elección

para evitar el dolor.


Pero lo descubrí.

Y escuché

mi dolor escalando 

la vieja frontera que construí 

con mis propias razones.

Encontré 

a mis pensamientos buscando, 

de nuevo, 

entre esas razones.

Intenté

darle sentido al motivo

del antiguo adiós,

al porqué del confuso latido

otra vez.


Me asusta darme cuenta

que el olvido

no solo es cuestión de tiempo.

Que aquí dentro

sigue habiendo

cuentas pendientes

que yo desconocía.


Debe ser que mi memoria intransigente 

no acepta que no estés.

No debe saber aún

que tu idioma y el mío es diferente.

Que tu nombre ya no es mío, 

y que el mío,

hace años que dejó de ser diminutivo 

para ti.


Sigo guardando la promesa de mi primer beso

para recordar el último que nos dimos

en aquella plaza

de aquel lugar

donde tanto nos quisimos.


Tal vez por eso, 

aún no te has ido del todo.

Tal vez por eso, 

te sigo queriendo incluso en sueños,

a pesar de todo.

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